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BARRIDO ELECTRÓNICO TSCM

Detección de micrófonos, cámaras ocultas y localizadores GPS en despachos, salas de reuniones y vehículos. Intervenciones discretas, documentadas y con cadena de custodia.

INFORMES PERICIALES

Elaboración de informes técnicos con validez jurídica. Análisis de evidencias electrónicas, peritajes de dispositivos y apoyo en procedimientos judiciales o arbitrales.

ASESORAMIENTO JURÍDICO

Protección del secreto profesional, la propiedad industrial y la información sensible. Diseño de protocolos internos y cláusulas de confidencialidad para empresas y despachos.

Ámbitos de Actuación en Barrido Electrónico Jurídico TSCM

Despacho profesional utilizado para ejemplificar la revisión jurídica de reuniones, con control de mobiliario y cableado para prevenir escuchas
Automóvil empleado como referencia para la búsqueda de localizadores GPS y grabadoras ocultas durante un barrido electrónico jurídico
Sala de dirección que representa espacios donde se protegen decisiones estratégicas mediante controles contra dispositivos de escucha.
Estancia de hotel utilizada para ilustrar barridos electrónicos jurídicos en alojamientos temporales.

Preguntas Frecuentes sobre el Barrido Electrónico TSCM

¿Qué es un barrido electrónico TSCM?

Un barrido electrónico TSCM, o Technical Surveillance Counter Measures, es una intervención técnica especializada destinada a proteger la confidencialidad de la información en entornos profesionales sensibles. En el caso de los despachos de abogados, su finalidad principal es detectar y eliminar posibles dispositivos de espionaje como micrófonos, cámaras ocultas o grabadoras disimuladas que puedan comprometer la privacidad de las conversaciones con los clientes. Mediante el uso de analizadores de espectro, detectores de radiofrecuencia y equipos de exploración avanzada, se inspeccionan despachos, salas de reuniones y vehículos para garantizar que no existan emisiones o señales no autorizadas que pongan en riesgo la confidencialidad del secreto profesional.

En el ámbito empresarial, el barrido electrónico TSCM también se aplica para evitar fugas de información estratégica, proteger negociaciones sensibles o garantizar la integridad de las comunicaciones internas. Este tipo de intervención no solo identifica dispositivos espía activos o apagados, sino que analiza la vulnerabilidad técnica del entorno y propone medidas preventivas para reforzar la seguridad global. De esta forma, los abogados y empresas que recurren a este servicio pueden actuar con la certeza de que sus conversaciones, documentos y estrategias permanecen a salvo de interceptaciones ilícitas, cumpliendo con los más altos estándares de protección y privacidad profesional.

¿En qué se diferencia un barrido electrónico jurídico de un barrido tscm convencional?

La diferencia principal se encuentra en la finalidad de la actuación y en la naturaleza profesional de quien la lleva a cabo.
Un barrido TSCM convencional se orienta únicamente a la detección técnica de micrófonos, cámaras o localizadores GPS mediante equipos especializados. Se trata de una intervención de carácter técnico cuyo objetivo es comprobar la seguridad del entorno y localizar posibles amenazas.

El barrido electrónico jurídico incorpora una perspectiva distinta. Lo realiza un abogado con formación en contramedidas electrónicas, que integra la búsqueda de dispositivos dentro de la estrategia de defensa del cliente. La actuación combina la detección técnica con un análisis jurídico que permite valorar la relevancia procesal de los hallazgos y documentar la intervención conforme a los requisitos exigidos por la ley.
Cuando la actuación se realiza en el marco de una asesoría jurídica , como en el caso de un abogado que examina una oficina por sospecha de espionaje industrial o de una vulneración del secreto profesional, todo lo obtenido queda protegido por el secreto profesional reconocido en el artículo 542.3 de la Ley Orgánica del Poder Judicial y en el artículo 32 del Estatuto General de la Abogacía Española. Sin embargo, si la intervención se lleva a cabo como pericia judicial, a petición de una de las partes o del propio tribunal, el profesional actúa como auxiliar de la justicia, sujeto a los artículos 335 y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Civil, donde prima la objetividad y la transparencia.

Por tanto, un barrido electrónico jurídico reúne así un doble valor:
– Técnico, porque permite detectar e identificar posibles dispositivos espía;
– Jurídico, porque ofrece una base sólida para preparar la estrategia procesal, asegurar la cadena de custodia y, si el cliente lo solicita, redactar una futura demanda que incorpore los hechos obtenidos durante la intervención.

¿Quién realiza el barrido electrónico jurídico TSCM?

Los barridos electrónicos jurídicos TSCM son realizados por un abogado-perito con más de veinte años de experiencia en el sector público y una sólida formación universitaria en Derecho y Ciencias de la Seguridad. Su especialización en contramedidas electrónicas le permite unir el conocimiento técnico con el rigor jurídico necesario para abordar cada intervención de manera integral. Esta trayectoria, reforzada por la participación en la elaboración de numerosos informes periciales, garantiza un trabajo de campo meticuloso, donde cada hallazgo se analiza, documenta y preserva conforme a los estándares exigidos por la práctica judicial y la normativa procesal vigente.

Cada actuación se ejecuta con absoluta confidencialidad, respetando el secreto profesional y aplicando protocolos que aseguran la protección de toda la información obtenida. Esta combinación de experiencia profesional y metodología convierte al barrido electrónico jurídico TSCM en un servicio único, capaz de ofrecer no solo la detección precisa de dispositivos espía, sino también la tranquilidad de contar con una actuación respaldada técnica y jurídicamente.

¿Dónde se pueden realizar los barridos?

Los barridos electrónicos pueden realizarse en cualquier lugar donde exista la posibilidad de una intromisión en la privacidad o una fuga de información. Los entornos más habituales son los despachos de abogados, donde resulta esencial garantizar la confidencialidad entre el profesional y su cliente. En estos espacios, la presencia de micrófonos ocultos o cámaras disimuladas puede vulnerar el secreto profesional, por lo que el análisis se centra en detectar cualquier tipo de dispositivo de escucha o grabación, activo o pasivo. También se inspeccionan salas de reuniones, despachos de dirección y áreas donde se celebren negociaciones sensibles, tanto en el ámbito jurídico como empresarial.

Asimismo, los barridos TSCM se realizan con frecuencia en vehículos corporativos o particulares, ya que pueden ser utilizados para colocar localizadores GPS o transmisores ocultos que comprometan la seguridad y los desplazamientos de los profesionales. En el ámbito doméstico, las intervenciones se orientan a descartar la presencia de cámaras o sistemas de vigilancia instalados sin consentimiento. En todos los casos, el procedimiento se adapta al entorno y se ejecuta con equipos de detección de última generación, asegurando la inspección de redes eléctricas, líneas telefónicas y sistemas informáticos. El objetivo final es certificar que el espacio está libre de amenazas y ofrecer un entorno seguro donde la comunicación pueda desarrollarse con total garantía jurídica y técnica.

¿Es posible detectar dispositivos espía apagados?

Sí, es posible detectar dispositivos espía incluso cuando se encuentran apagados o no emiten señal. Un barrido electrónico TSCM no se limita a la búsqueda de transmisiones activas, sino que incluye una inspección física y técnica completa de todo el entorno. Mediante el uso de detectores de juntas no lineales NLJD, cámaras de inspección, analizadores de espectro y detectores de campos electromagnéticos, se puede localizar la presencia de circuitos electrónicos ocultos, cables anómalos o componentes sospechosos integrados en mobiliario, enchufes o sistemas eléctricos. Estos equipos permiten identificar elementos que, aun estando desconectados o sin batería, presentan una estructura interna propia de un dispositivo de grabación o transmisión.

En entornos como despachos de abogados o salas de reuniones empresariales, esta capacidad resulta especialmente importante, ya que muchos sistemas de espionaje moderno se activan de forma remota o por detección de sonido. Un barrido completo combina, por tanto, la detección de señales de radiofrecuencia con la inspección visual y estructural de los espacios, asegurando que no existan amenazas latentes que puedan activarse en el futuro. De esta manera, se garantiza la protección de la información confidencial y la seguridad de las comunicaciones, incluso frente a dispositivos que intentan pasar inadvertidos mediante el apagado o la inactividad temporal.

¿Cuánto cuesta un barrido electrónico jurídico TSCM?

El coste de un barrido electrónico profesional TSCM depende de varios factores, entre ellos el tipo de entorno, la extensión del espacio, el nivel de riesgo y los equipos necesarios para la inspección. Antes de realizar cualquier intervención se lleva a cabo un análisis de riesgos que permite evaluar la situación y determinar qué tecnología debe emplearse y cuánto tiempo se requerirá. Esta fase previa es esencial, ya que no es lo mismo revisar una sala de reuniones en un despacho de abogados que inspeccionar una red completa de oficinas o un vehículo corporativo. Como referencia, la detección de un localizador GPS en un coche suele situarse en torno a los 500 euros, al igual que la búsqueda de cámaras ocultas en una habitación. Sin embargo, la detección de micrófonos o grabadoras encubiertas suele requerir más tiempo y un análisis más profundo, lo que puede incrementar el coste final.

Cada intervención se adapta a las circunstancias específicas del cliente y al nivel de protección que se desee alcanzar. El análisis de riesgos inicial permite optimizar los recursos y garantizar un resultado eficaz, empleando solo el material necesario y evitando costes innecesarios. En todos los casos, el proceso se desarrolla con total discreción y bajo secreto profesional. Más allá del precio, un barrido electrónico TSCM debe entenderse como una inversión en seguridad jurídica y tranquilidad, especialmente en entornos donde la confidencialidad y la protección de la información son indispensables.

¿Qué dispositivos se pueden detectar en un barrido TSCM?

En un barrido electrónico profesional TSCM pueden detectarse prácticamente todos los dispositivos destinados a la captación, grabación o transmisión ilícita de información. Entre los más habituales se encuentran los micrófonos ocultos, tanto los que registran de forma autónoma como los que emiten por radiofrecuencia, las cámaras espía camufladas en objetos cotidianos (cargadores, detectores de humo, elementos decorativos) y las grabadoras digitales miniaturizadas. También se localizan localizadores GPS tradicionales instalados en vehículos y rastreadores basados en redes de baja potencia como LoRa o Sigfox, así como dispositivos de localización comerciales tipo Airtag que, aunque orientados al cliente final, pueden utilizarse para seguimiento no deseado; su detección exige técnicas específicas y experiencia en interpretación de señales.

Además, durante un barrido TSCM se inspeccionan puntos de fuga menos evidentes (cableado eléctrico, líneas telefónicas, routers o conexiones Wi-Fi) donde pueden integrarse equipos de escucha remota. El procedimiento combina la búsqueda de transmisiones activas con la detección de componentes electrónicos inactivos mediante sondas no lineales y análisis espectral, ofreciendo así un diagnóstico completo del entorno. Para despachos de abogados y empresas que manejan información sensible, este servicio garantiza la identificación de amenazas técnicas y la entrega de un informe pericial que respalda la seguridad y la confidencialidad.

¿Qué validez tiene el informe pericial del barrido TSCM electrónico?

El informe pericial elaborado tras un barrido electrónico jurídico tiene validez plena como medio de prueba conforme a lo dispuesto en el artículo 299.1.4º de la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC), que reconoce expresamente el dictamen de peritos como prueba admisible. Este informe se elabora siguiendo los principios establecidos en los artículos 335 y siguientes de la misma ley, que exigen que el perito sea un profesional con la cualificación técnica necesaria y que actúe con objetividad, ajustando su actuación a los conocimientos propios de su especialidad.

¿Cuándo conviene realizar un barrido electrónico?

Conviene realizar un barrido electrónico siempre que existan indicios razonables de pérdida de confidencialidad o riesgo de espionaje. En el ámbito jurídico, las sospechas suelen surgir cuando se filtra información reservada, se detectan comportamientos anómalos en comunicaciones internas o se perciben interferencias en dispositivos electrónicos. También es recomendable antes de celebrar reuniones estratégicas, negociaciones sensibles o vistas judiciales de especial relevancia, especialmente si se tratan asuntos que afectan a derechos de propiedad intelectual, secretos empresariales o litigios económicos importantes. En estos casos, un barrido preventivo garantiza que las conversaciones se desarrollen en un entorno libre de escuchas o grabaciones ocultas, preservando así el secreto profesional y la integridad de la información.

En el ámbito empresarial, los barridos electrónicos TSCM son una herramienta esencial dentro de la política de seguridad corporativa. Se aconsejan tras cambios de personal directivo, conflictos laborales, procesos de fusión, despidos o auditorías internas, situaciones todas ellas donde el riesgo de fuga de datos se incrementa. Un barrido técnico-jurídico no solo detecta posibles dispositivos espía, sino que evalúa el nivel de exposición del entorno y propone medidas correctoras para fortalecer la protección de la información. En definitiva, la conveniencia de un barrido electrónico no depende únicamente de la existencia de una sospecha concreta, sino de la necesidad de garantizar un espacio seguro y legalmente protegido frente a posibles intrusiones o vulneraciones del derecho a la intimidad y la confidencialidad profesional.